Algunas personas temen soñar debido al susto que les producen las imágenes o situaciones terribles que ven en sus sueños. A esas personas, cuando las he tenido frente a mí, a veces, antes de transmitirles el mensaje, les pregunto qué creen que les quieren decir esos sueños. La respuesta de la mayoría es totalmente opuesta a la verdad. Por ese motivo me di a la tarea de estudiar esas respuestas y llegué a la conclusión de que todas, sin excepción, acomodaban el mensaje a su conveniencia. Así entendí la razón por la cual bloqueaban los sueños: Preferían no saber nada de ellos ni de sus mensajes con el fin de evitar la angustia. Sin embargo, como efecto de rebote, esa actitud generaba en ellos pesadillas recurrentes que los atormentaban al extremo de no querer conciliar el sueño. Sin embargo, cuando podían dormir, la pesadilla continuaba en el punto donde había quedado anteriormente. Es decir, estaba en pausa. Al regresar nuevamente a la vigilia despertaban asustados y no querían recordar el sueño; solo deseaban bloquearlo. De ahí que, por otro lado, obrando supersticiosamente, algunos se hayan inventado “fórmulas” para evitar que en la vida real sucedan las tragedias que vieron en el sueño. Por eso aconsejan, por ejemplo, correr a contarlo para conjurar su realización y otras tantas fantasías. Otros, más racionales, hacen recaer en distintas personas los efectos del mensaje; los demás, para su tranquilidad, procuran convencerse a sí mismas de que el sentido del mensaje es contrario al que intuyen como verdadero. Esas prácticas, al fin de cuentas, son inútiles porque el mensaje tendrán que aceptarlo cuando las circunstancias así lo exijan. Entonces se persuadirán de que todo lo que hicieron fue perder el tiempo y solo consiguieron atraer complicaciones.
Como ejemplo de lo dicho anteriormente les traigo a colación dos sueños. El primero es el siguiente:
“Soñé que estaba en un lugar cuyas paredes eran blancas, estaba vestida con un bata médica y veía a mi mamá, a mi esposo, mis hermanos y amigos los veía hablar entre sí pero solo me gritaban como regañándome y yo salía corriendo. Este sueño se me ha repetido 3 veces en el último mes, ¿puedes ayudarme?”
A esta consultante le pregunté si tenía alguna idea de cuál era el mensaje de su sueño y me respondió que creía que su familia se alejaba de ella por envidia porque su situación económica era mejor que la de ellos. Estaba rotundamente equivocada y su sorpresa fue mayúscula cuando supo el mensaje verdadero. Realmente ella estaba muy enferma en ese momento y no lo sabía. Su familia, seguramente, viendo su semblante desmejorado, le había sugerido que visitara al médico pero ella había desatendido esas recomendaciones. Le dije que el mensaje era de carácter urgente y el paso inmediato era chequear su salud lo más pronto posible porque, caso contrario, las consecuencias serían lamentables. Así lo hizo y gracias a Dios actualmente está en un tratamiento de recuperación después de haber sido sometida a una cirugía de urgencia.
El segundo sueño es el siguiente:
“Señora Candy en la noche anterior tuve un sueño que me dejó lleno de curiosidad, estaba frente al mar y veía cómo mi hermano se alejaba en un barco y yo no podía moverme y después veía como un avión daba vueltas en el aire y cómo caía, cuando corrí para ver qué había pasado con los pasajeros, aunque encontraba el avión estrellado, todos los pasajeros estaban a salvo eso me dejó muy sorprendido, ¿qué me quiere decir este sueño?
De la misma manera que lo hice en el caso anterior, a este consultante también le pregunté qué creía que Dios le decía mediante ese sueño. Me dijo que debía ser una advertencia sobre un negocio de mercancías que seguramente iban a perderse. También estaba equivocado. En realidad este hombre había gestionado el papeleo necesario para estudiar y trabajar en el exterior. Sin embargo, cuando llegó la hora de partir, aplazó el viaje y lo hizo después varias veces más porque sentía temor. Su hermano había fracasado en un intento similar y él creía que podía correr la misma suerte. El mensaje le decía que debía seguir adelante, que él era diferente a su hermano y tenía frente a sí una oportunidad para forjarse un buen futuro.