El tema que trataré hoy lo he tomado del contenido de dos sueños llegados recientemente a mi correo. Se refieren ambos a la relación entre padres e hijos, aunque, si quisiera ser más precisa, debería decir entre madres e hijos. Uno de los sueños me lo envió una madre y el otro un hijo. Ambos, sin embargo, tienen como común denominador la relación materno-filial. Los transcribiré a continuación junto con la respuesta que les envié a los remitentes de acuerdo al mensaje de cada sueño.

El primero me lo envió un hombre joven quien se identificó como Andrés:

“Hola señora Candy, espero que me pueda ayudar. Soñé que estaba en ambiente familiar y me mire el pie y resulta que me faltaba como la mitad del dedo gordo. No recuerdo si me lo cortaron o simplemente no lo tenía. Sentía el dolor en mi pie y me dolía mucho pero no veía sangre. Recuerdo que creo que fue mi MAMÁ la que me puso otro pedazo de dedo que estaba pálido y en la mitad del dedo que trajo veía una vena central que sobresalía sobre el dedo que trajeron. Ella me lo puso y sentía que me dolía mucho y pensé me voy a morir desangrado que esa vena era como una vena vital, de inmediato me pusieron el dedo, me pusieron una venda y empezó a salir sangre y veía como manchó el paño luego me quité el paño al rato y ya no quedaba rastro de sangre. Los contrastes de los pedazos eran diferentes pero veía que se estaban uniendo y acoplando de color. Muchas gracias, yo casi no he vuelto a recordar sueños y de este me acordé Espero saber cuál es el mensaje. Gracias.”

Mi respuesta fue la siguiente:

“ANDRÉS, los seres humanos cuando pasamos la adolescencia creemos tener la razón y saberlo todo. Comenzamos a tomar nuestras decisiones y a no escuchar los consejos de nuestros padres, sobre todo de nuestra madre para la cual siempre seremos sus niños. Al parecer tu mamá está intentado guiarte y corregir el camino de tu vida pero no quieres escucharla. Reacciona porque al final por, increíble que parezca, ella va a tener la razón, no importa que pienses que ella ha cometido muchos errores, precisamente es lo que quiere evitar que tú pases por lo mismo.”

El segundo sueño me lo envió una mujer identificada como ISAVA:

“Hola, anoche soñé que mi hija estaba tirada en una mesa, o algo así, sin ropa interior y con sus piernas muy muy abiertas mostrando su parte íntima y de allí le salía como un líquido espeso, yo le decía que se tapara pero ella estaba como dopada o borracha, no sé, entonces yo le daba bofetadas y puños en la cara pero ella no reaccionaba. Mi hija se fue de casa hace ocho días con su bebé de 10 meses, estoy triste y muy preocupada, ayúdeme por favor.”

Esta fue mi respuesta:

“ISAVA, estás preocupada por la forma en que tu hija está manejando su vida, va de error en error, y la forma en que has tratado de corregirla no es la más adecuada. Hasta Dios quiere que te des cuenta de que los golpes y gritos no ayudan en nada, las madres no tenemos orgullo solo amor; llama a tu hija y recuérdale que ahora ella también es madre y quiere lo mejor para su bebé. Nosotras, las madres, estamos dispuestas a hacer por nuestros hijos hasta lo imposible, siempre abogamos para que no repitan nuestros errores y pretendemos que sean mejores que sus padres en todos los aspectos. Sé que has perdido la paciencia con ella, pero si no la apoyas para que recapacite, se autodestruirá. Recuerda: con AMOR y fe en Dios lograrás ese milagro.”

Estos sueños emergieron un tema recurrente porque nunca pierde actualidad: la difícil relación entre padres e hijos, en particular cuando los últimos están atravesando la adolescencia o los primeros años de su adultez. El primer sueño pone en evidencia el dolor emocional, el resentimiento, que sufre el remitente por la mala relación con su madre. Su narración empieza diciendo precisamente que se ve en medio del ambiente familiar. Ahí, en ese momento, es cuando mira su pie y nota que le falta una parte del dedo gordo y siente dolor pero no ve sangre. Justo en ese momento aparece su madre para colocarle el pedazo de dedo que le faltaba, le puso una venda y entonces comenzó a ver sangre. Después su dedo sanó. En esas imágenes Dios le mostró de manera diáfana que sus dolores no solo se aliviarán, se van a curar totalmente, si permite que su madre se acerque a él. Solo así se restañarán sus heridas. Por eso, en las imágenes del sueño, después de ver fluir la sangre luego que ella le puso la parte faltante, el dolor desaparece y el dedo sana. Andrés debe considerar que su madre ha podido cometer errores en su vida como cualquier ser humano. Sin embargo, no es él la persona indicada para juzgarla. Además, por encima de esas circunstancias, ella es el ser que le dio la vida y lo quiere de tal manera que está dispuesta a hacer cualquier cosa, por increíble que pueda parecer, para aliviar su dolor y recomponer la relación para que vuelva a la normalidad. El mensaje no puede ser más nítido y directo. Solo se requiere que Andrés lo acepte y lo aplique. Si lo hace, si escucha y atiende a su madre, si la perdona, ella será su mejor consejera. Una verdadera madre siempre procurará evitarle sufrimientos a un hijo, especialmente cuando su propia experiencia es el mejor ejemplo que puede ofrecerle de las conductas en las que él no debe incurrir.

El segundo sueño, el de Isava, plantea una situación similar pero a la inversa. En este caso es una madre la que sueña con imágenes fuertes, impactantes, que manifiestan la pésima relación que lleva con su hija. Creo que no es necesario que explique en detalle el contenido del mensaje. El sueño lo revela todo. Los golpes, los gritos, la cantaleta, no son el método indicado para que un padre o una madre manejen diferencias con un hijo o una hija originadas en los errores que éstos últimos hayan cometido. El efecto puede ser el contrario, es decir, en lugar de generar un espacio de reflexión, la brecha entre ambos se puede agrandar hasta un punto en el cual la comunicación se pierda totalmente. Entonces es cuando surge el riesgo de que ese ser querido pueda tomar un camino que lo conduzca al abismo de la drogadicción, el alcoholismo o el suicidio. Las imágenes del sueño de Isava son una advertencia para ella. Le recuerdan que no debe perder la paciencia ante su hija, menos en una situación tan delicada como es la existencia de una nieta de apenas diez meses de nacida. La niña está creciendo en medio de un ambiente tenso, malsano, escaso de afecto, en el cual su salud física y emocional está en grave riesgo. Espero que Isava haya asimilado la esencia del mensaje de Dios respecto a la relación con su hija. Debe hacer acopio de mucha paciencia y comprensión. Además, el amor por su hija y su nieta le deben inyectar el aliciente necesario para tender el puente que facilite la reintegración de su familia.

La Navidad es época de amor, de perdón, de unión familiar. Es el momento ideal para sanar heridas emocionales. La celebración del nacimiento del Niño Dios debe traer paz y armonía entre los seres humanos. Aprovecho esta circunstancia para desear a los amables lectores de este blog una Feliz Navidad y un Año Nuevo 2015 lleno de bendiciones para todos. Recuerden que Dios nos guía por medio de los mensajes de nuestros sueños. Pídanle, antes de acostarse a dormir, que les envíe ese mensaje especial que necesitan para resolver un problema o tomar la decisión acertada en una situación particular.

Candy Delgado

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