El tema de los sueños con seres queridos fallecidos despierta permanentemente el interés de los lectores de este blog. La razón es obvia: todos, en algún momento de este camino que llamamos vida, hemos visto partir para el plano espiritual a alguien muy cercano a nosotros por vínculos de sangre o lazos afectivos. El dolor que produce la separación física debe superarse con la convicción de que esa persona, que ya no podemos ver con nuestros ojos, permanece, sin embargo, muy atenta de nosotros desde su aposento espiritual. Ahí puede vernos y apreciar los errores que estamos cometiendo o los riesgos que corremos. Por eso, para aconsejarnos o alertarnos, se aparece en nuestros sueños. En consecuencia, no debemos desdeñar sus recomendaciones y sugerencias. Es menester, entonces, observar con detalle sus gestos. Recordemos que regularmente no habla, solo mira o señala objetos o lugares. Son muchas las cosas que nos puede decir de ese modo y por ese medio.

Para ilustrar lo dicho en el párrafo anterior voy a transcribir en esta entrada algunos sueños publicados en mi libro LOS MENSAJES DE LOS SUEÑOS en el cual dedico un extenso capítulo a este tema. Es interesante y aleccionador comprobar cómo nuestros seres queridos que partieron de este mundo se convierten en algo parecido a nuestros ángeles custodios:

El sueño de DULCE:

“Mi padre falleció hace varios días y desde entonces he soñado tres veces con él. En el primer sueño él estaba en su lecho en la clínica, sonreía y se veía feliz, yo me acosté encima de él porque él quería tener sexo conmigo, le permití que acariciara mis partes íntimas. Aclaro que mi padre nunca le faltó el respeto a ninguna de sus hijas. En el segundo sueño lo veo en una comida familiar, sentado en una silla Reclinomatic (silla forrada en cuero, cómoda y plegable). También se ve muy bien y feliz. Yo no tenía donde sentarme y él me pasó una silla Rimax (silla elaborada en plástico), pero me extrañó que fuera de color negro. El tercer sueño lo tuve esta mañana y oí la voz de mi padre que mencionaba el reloj marca Rolex.

Candy, estoy muy intrigada con esos sueños y necesito saber que me quiere decir Dios, o mi padre, a través de ellos. Te aclaro que yo atendí a mi padre durante su última enfermedad, inclusive yo estaba a su lado en el momento de su muerte.”

Era normal que Dulce soñara con su padre considerando el poco tiempo que había transcurrido desde su muerte. Ahora bien, a pesar de que las imágenes del primer sueño impactan por su simbolismo sexual, llevan implícita la sugerencia de que ella debía encontrar un hombre que la amara, la respetara y la protegiera; que no le convenía quedarse sola. Aclaro que, aunque Dulce no lo mencionó en la carta, percibí que era una mujer madura y soltera que dedicó sus mejores años a cuidar a su padre. También advertí que había sido educada con unos patrones muy conservadores. Para ella el sexo sin matrimonio era pecado y una relación bajo esas condiciones debía ocultarse. Ese era su caso. Ella, no estando casada, mantenía una relación sentimental con un hombre y estaba incómoda o avergonzada por ese hecho. Esa sensación de culpa está reflejada en la imagen de una relación sexual con su padre, un incesto, es decir, el sexo en su dimensión prohibida, ilegal y pecaminosa. Sin embargo, la expresión de felicidad del padre le está revelando que él no la juzga ni la censura por lo que ha hecho. Al contrario, su principal deseo es que viva en pareja para que no se quede sola. El segundo sueño es una invitación para que se acercara a su familia; para que no se sintiera diferente y se discriminara ella misma considerándose algo así como una oveja negra. El hecho de que tuviera opiniones que no coincidieran con las de sus demás familiares no significaba que no pudiera manejar con autonomía su futuro. Tenía la edad y los medios para ser una persona independiente y totalmente soberana de sus decisiones. El mensaje del último sueño es claro y directo: no debía perder el tiempo porque vale mucho.

Dulce fue una buena hija y al momento de consultarme afrontaba el reto de asumir la responsabilidad de su propia existencia. Sin embargo debía reestructurar algunos de los moldes sicológicos que, hasta ese momento, le estaban impidiendo llevar una vida plena. De ella se podría decir que nunca pensó primero en su persona. Es un caso común en muchas familias. Hay hijas –no conozco situaciones en la que haya estado involucrado un hombre- que se dedican a atender a uno o a sus dos padres y por esta causa se sacrifican a sí mismas. Se convierten en damas de compañía o enfermeras y se resignan a llevar una existencia gris y aburrida. Cuando se quedan solas por la muerte de sus padres, entonces descubren que nunca se tomaron en cuenta. Se ven, en ese momento, en la encrucijada de enfrentar su propia vejez sin nadie a su alrededor o de pensar que aún tienen tiempo para encontrar una pareja. Afortunadamente, en el caso de Dulce, estaba a tiempo de reiniciar su vida y el espíritu de su padre se lo estaba recalcando en sus sueños con vehemencia.

El sueño de LUCY:

“Hace varios años murió una amiga a la que quería mucho, de hecho vivía en su casa porque me había ido de la mía, ella se suicidó a raíz de un desengaño amoroso y dejó una niña que ahora tiene catorce años, la misma edad de mi hijo. Al poco tiempo de su muerte soñé con ella, bajábamos las dos por una calle de nuestro pueblo, según el sueño eran las fiestas del pueblo, y llevábamos los niños a dormir pero yo cargaba a los dos, ambos estaban más o menos de cuatro años de edad, yo le pedí que me ayudara porque estaba cansada y ella me dijo que si no recordaba que estaba muerta y se sonreía, yo también me sonreí y le dije “ah, es cierto” y ya no recuerdo más. Después, a los pocos días, soñé algo parecido, con la diferencia de que íbamos en una chiva, llevábamos unos pollos y sucedía lo mismo.”

En este sueño el espíritu de la amiga de Lucy manifiesta estar consciente del gran error que cometió al quitarse la vida y la angustia que le causa la formación, educación y el trato que estaba recibiendo su hija. Por estas razones le pide que ayude a la niña, que la aconseje y la ayude a salir adelante. Le sugerí a Lucy que hablara con ella y le dijera lo que su mamá le estaba pidiendo en los sueños. El mensaje también le advierte de unos cambios en su situación económica pero le dice que depende de su actitud el beneficio o perjuicio que se deriven de los mismos.

Este sueño sirve de lección para las personas que al enfrentar un problema o una decepción consideran que el suicidio es una alternativa de solución. Al contrario, esa es una salida en falso. Si los suicidas supieran lo que les espera después de quitarse la vida con absoluta certeza al menos pensarían dos veces el paso que piensan dar. No hay que olvidar que la muerte terrenal no es el fin de la vida sino la transición hacia una forma de existencia diferente. El cuerpo físico se pudre pero el espíritu permanece porque su vocación de vida es la eternidad. Entonces, lejos de esquivar el problema o “resolverlo” escapando de este mundo, el ente espiritual se lo lleva al otro lado con el agravante de que ya no puede hacer nada para enfrentarlo porque renunció a ese derecho al quitarse la vida. Cuando toma conciencia de su error es demasiado tarde y sólo le queda la alternativa de acudir a sus amigos o familiares para que se hagan cargo de las responsabilidades y tareas que dejó inconclusas. Ese sufrimiento es muy grande y el arrepentimiento demasiado tardío. Sin embargo, el estado depresivo en que cae el suicida antes de ejecutar su fatal decisión le impide razonar con lucidez suficiente para valorar adecuadamente el tesoro llamado vida. Por esa experiencia estaba atravesando el espíritu de la amiga de Lucy. El sufrimiento de saber que su hija en el despunte de su adolescencia no contaba con una dirección y un trato adecuados, la determinó a acudir a su amiga para que la ayudara a superar la orfandad en que la dejó sumida por su muerte. Un poco de reflexión, mucho amor propio y la convicción de que Dios está siempre al lado de todos sus hijos para consolarlos en las amarguras de la vida, es la receta que se debe utilizar para enfrentar un problema por inmenso que parezca.

El relato de un frustrado suicida puede resultar de mucha ayuda para comprender mejor lo dicho anteriormente. Cuenta él que su esposa murió y su partida lo sumió en una profunda pena porque la amaba mucho. Entonces decidió suicidarse para encontrarse con ella para siempre en el otro mundo. Pero resultó de otra manera pues falló en su objetivo. Cuando lograron reanimarlo en un hospital le dijo al médico que lo atendió que había llegado a un lugar distinto al de ella, un sitio horrible; en ese momento comprendió que había cometido un error enorme cuando resolvió quitarse la vida. Afortunadamente se salvó de morir y pudo no solo contar la historia sino adquirir la convicción de que el suicidio es una lamentable equivocación.

El sueño de ISABEL:

“Estoy muy interesada en saber el significado de los siguientes sueños: mis padres fallecieron hace seis años y yo me sueño repetidamente con mi mamá. En uno de esos sueños yo la veía junto a una cama con una luz muy resplandeciente, hermosa, mi mamá veía la cama y luego me miraba a mí y repetidamente movía la cabeza de un lado a otro. En otro sueño, que es reciente, mi mamá tenía en la mano un billete de cinco mil pesos y me lo entregaba para que comprara una libra de carne.”

La madre de Isabel expresa una gran preocupación por las cosas que están sucediendo en la vida de su hija desde que ella y su esposo murieron. Su hija no ha administrado responsablemente los bienes que recibió en herencia. La consecuencia de esos malos manejos es la difícil situación económica que atraviesa. Ella le dice que desaprueba sus desatinos pero le indica que tiene la oportunidad de corregir los errores cometidos si acepta el apoyo financiero de un familiar cercano.

Las madres son los seres más protectores creados por Dios. Isabel es una mujer afortunada al contar con la ayuda persistente del espíritu de su mamá y sus sueños lo prueban fehacientemente. Aunque su padre también la protege, no es la figura relevante. Sencillamente su mamá no se despega de su lado. Ella tiene muy claro que la situación amerita una atención especial. La irresponsabilidad de su hija no la deja descansar en paz. Por eso insiste en advertirle que no está procediendo correctamente y que debe sentar cabeza y actuar con sensatez. Las posibilidades de evitar el fracaso absoluto están al alcance de Isabel. Un familiar puede y tiene la intención de ayudarla. Solo se requiere que ella acepte el apoyo y la orientación de esa persona.

El sueño de JOSEFINA:

“Hace poco soñé con mi abuela, fue exactamente el día que cumplía ocho meses de muerta. Soñé que estaba en el cementerio con mi mamá visitando la tumba de ella; cuando salimos de ahí mi mamá caminaba llorando delante de mí. De pronto escuché que alguien gritó mi nombre y cuando volteé a mirar vi a mi abuela y era ella quien me llamaba y me decía: ‘Josefina se le olvidó ir donde M……’ ella me decía un nombre que comenzaba por la letra M pero no recuerdo cuál era. Te pido el favor que me digas qué significa ese sueño y qué me quiso decir mi abuela.”

El mensaje de este sueño es conmovedor. La abuela de Josefina le pide de manera desesperada que esté muy pendiente de su madre, que por favor no la dejara sola tanto tiempo. Ella aparenta mucha fortaleza delante de su hija pero realmente sufre mucho por la ausencia de su propia madre y llora en silencio para que nadie se dé cuenta. La abuela de la soñadora sabe que solamente ella puede ayudarla y le solicita que no lo olvide.

La esencia de este mensaje es similar a la de otros que ya he comentado. La pérdida de la madre es dolorosa para todos sus hijos; pero el impacto emocional puede ser más fuerte para aquellos que convivieron con ella hasta el último momento. Y tal vez tenga mayor intensidad cuando se trata de hijas únicas que contaron con ella como amiga y consejera. Intuyo que ese es el caso de la madre de Josefina. Pero ella, como buena madre, no quiere que su hija la vea sufrir y que, a su vez, padezca por esa causa. Me arriesgo a decir que las madres estamos dispuestas a cargar en silencio con todos los dolores del mundo con tal de no ver sufrir a un hijo. Por esa razón muchos creen que cuentan con una supermamá. Mentiras. Es una fachada. Las madres somos los seres más sensibles sobre la tierra. Josefina ignora cuánto dolor soporta su mamá. Ella necesita ayuda urgente y si no la recibe puede enfermarse. Gracias a Dios el espíritu de la abuela, que también fue madre hasta el momento de su muerte, estaba muy pendiente de lo que ocurría con su hija y se lo dijo a la nieta para que procediera sin perder tiempo.

Candy Delgado

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